viernes, 19 de octubre de 2012

"Martyrs" el desconsuelo ante lo humano




Existen manifestaciones artísticas que logran golpear una, muchas o todas las fibras sensibles de cada persona, unos prefieren tocar la fibra de la ternura, otros la del romance, algunos más la del suspenso, la rabia, el dolor o el miedo; mucha gente goza con mirar una película de romance más de lo que disfruta las de comedia, y así como hay gustos simples, los hay perversos, como los que disfrutan de las películas de horror y en el límite de ello, los que se deleitan con el "gore". Ya antes había comentado que soy una fan asidua de las películas de horror, pues bien, que también hubo un momento en que me enfoqué en el gore; admito que lo dejé cuando, por el paso del tiempo y el abuso en ver este tipo de cine, empecé a sentirme desconectada, insensible y cansada, cuando alguien empieza a desempatizar con la víctima, cuando la violencia ya no te escoce, huye, porque te estás volviendo medio monstruo.

Al menos esa es mi forma de pensar, claro está, ahora bien, dirán: ¿A qué viene todo esto? ¿Qué no ibas a recomendar o reseñar una peli?, pues sí, eso vengo a hacer, pero preferí empezar con esto, que de lleno con la cinta; Martyrs, es una película francesa de corte horror/gore/suspenso, dirigida por Pascal Laugier, la localicé en uno de esos paseos extraños que hace uno por Youtube y que terminan, casi siempre, en videos que no sabes ni cómo acabaste viendo. Antes de cualquier comentario sobre la cinta, su significado o su contenido, voy a permitirme realizar una advertencia general: Tienes menos de 18 años, jamás has visto una película de horror-gore o bien verlas te altera los nervios, entonces NO VEAS esta cinta; Martyrs es considerada una cinta de culto, su tema es denso, sus interpretaciones infinitas, su contenido... pesado como una mole, destructivo como una bomba, tóxico y revelador.

La trama gira entorno a Lucie, una chica que escapa de lo que parece ser una prisión aterradora, su cuerpo aloja cicatrices permanentes del daño que sufrió y su mente ha quedado dañada para siempre; la película da el giro absoluto cuando nos enfrentamos a la misma Lucie pero 15 años después, armada con una escopeta irrumpe en una casa y en una veloz masacre acaba con todos y cada uno de los miembros de una familia. El colapso del espectador se hace patente cuando la vemos tirada sobre una de sus víctimas llorando y gritando un desesperado "¿Por qué me hicieron esto?"




La película es sumamente cruda, por un lado, nos enfrentamos a la locura de Lucie detonada por las crueles y aparatosas torturas a que fue sometida desde muy pequeña y de las que huyó por un mero golpe de suerte; por el otro lado, estamos ante un problemón, Lucie llama pidiendo ayuda a su mejor amiga/pareja Anna, quien llega hasta el sitio de los asesinatos sólo para volverse ahora la víctima de la misma agrupación religiosa de la que huyera Lucie hace más de 15 años. El contenido sustancial de toda la trama se resume a dos conceptos básicos dentro de la secta que atenta contra Anna y que atentó antes contra Lucie:

"El mundo está lleno de víctimas, es muy fácil hacerlas y nadie quiere serlo, todos harían cualquier cosa para dejar de ser una víctima. En cambio los mártires son inusuales, el mártir es un ser excepcional, sobrevive sufriendo incluso a falta de todo, carga con todo el mal del mundo, y trasciende en sí mismo"

(Lo siguiente les dirá el final de la trama, si piensan ver la película -bajo su propio riesgo- dejen de leer)

Así, Anna termina supliendo tanto a Lucie que huyera quince años atrás, como a una nueva víctima a la que intentara salvar de su encierro al descubrirla oculta en el sótano; pronto, Anna se ve golpeada, humillada, condenada al hambre, al frío y a los peores maltratos, todo en miras de encontrar el mártir, aquel que pueda mirar del otro lado de la vida, más allá del velo de la agonía y rozar lo que hay del otro lado, lo que sólo aquellos que han muerto pueden mirar. La idea de la película es excelente una vez que vas entendiendo el sentido de perder el miedo, el dolor y de colapsar, "dejarte ir" como le explica Lucie a Anna en una de sus alucinaciones; una vez que Anna cae, una vez que pierde todo interés por defenderse y empieza a sufrir sin miramientos, dejándose en manos de sus captores, le informan que ha llegado al último nivel y así, sin más, se le desolla viva.

La escena es lenta, juiciosa, insinuante, de hecho cada escena de violencia lo es, el director desea que se dé peso a cada golpe, cada bofetada, cada corte, para cuando vemos el cuerpo de Anna sin piel alguna, comprendemos que se llegó al límite, que no hay nada ya del otro lado de la raya en que está de pie; entonces lo logra, entonces el cometido de la secta se cumple y Anna se vuelve un mártir, para contemplar en toda su totalidad lo que querían que viera.

(Pueden seguir leyendo)

Pues, ya relatando desde mi visión el final de la película, me atrevo ahora a darles mi opinión: ¿por qué he nombrado esta seudoreseña como "el desconsuelo ante lo humano"?, pues porque eso me ha hecho sentir esta película, esa es la sensación que me deja; el horror y la impresión se me quedó luego de una hora de película y los últimos 35 minutos no he sentido otra cosa que una profunda y catastrófica tristeza; la misma tristeza que sentí ante el final de Naranja mecánica o el mismo desolado desconsuelo del final de Requiem por un sueño: lo triste radica en saber que así somos los humanos.




Es admirable el atrevimiento y la valentía del director al hacer semejante cinta, es además imprescindible decir que está muy bien hecha, que ganó premios por maquillaje (que es, verdaderamente espectacular, así como espeluznante, como la chica a la que Anna saca de su encierro, ¡nunca había visto una desnutrición y unas cicatrices tan bien logradas!); la crítica a las ideas religiosas de corte fanático y además, la muy sutil presencia de tópicos como el amor, la fe y sobretodo la entereza, tienen aunque delicada y casi imperceptible, una presencia que desemboca en una grandiosa aunque violenta y tortuosa manifestación artística. La crudeza de la película se ve incrementada cuando notamos que es algo absolutamente posible, que más allá de las ideas filosóficas, religiosas o morales, eso, justo eso que vemos en la pantalla, puede estar pasando en este preciso momento, en este instante, en este segundo, una mujer, una niña, un niño, un joven, un hombre, anciano, adolescente o pequeñín está pasando por la tortura de alguien más; en el sótano de mi vecino, en la sala de la persona que menos pensemos, alguien podría estarse perdiendo en el limbo del dolor. 

No recomiendo el gore, no recomiendo ampliamente esta película, pero si verla les ayudará a empatizar un poquito con el dolor, la pena y el sufrimiento de otras personas alrededor de todo el mundo, si eso les da conciencia de los alcances de la maldad humana y les ayuda a fincarse en la mente la idea de impedirla y forjarnos como nuevos seres humanos que busquen el bienestar no de uno, sino de todos, entonces, véanla.


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