jueves, 27 de junio de 2013

¿Me regalas cinco minutos?


¿Cuántas veces te has sentado ante la vida y te has preguntado por qué estás aquí?

Todos los días pasan cosas asombrosas, increíbles, el simple latido del corazón dentro de nuestro pecho implica un esfuerzo descomunal, la intensidad con que nuestros pulmones obtienen aire, la capacidad con que nuestros riñones procesan el agua y todo lo que fluye por nuestro cuerpo es impresionante; somos una máquina hecha con una perfección inconmensurable y si eso es nuestro cuerpo, sólo esto que llevamos a todos lados día a día y que apenas notamos, ¿qué no pasará allá afuera?



La vida es inmensa, preciosa, asfixiante en su complejidad y magnificencia; cuando caminas por un parque y pisas el césped, ¿sabes realmente lo que pisas?, ¿los numerosos procesos químicos y biológicos que le dan su textura, su color, su flexibilidad?

Los animales a nuestro alrededor, hacen cientos, miles de actividades en las que nosotros no tenemos nada que ver, pero que nos afectan directa o indirectamente; vivimos en una red infinita donde el toque o el roce de cualquiera sobre cualquier cosa afecta o repercute hasta en el ser más pequeño.

Somos egoístas, pensamos que todo gira entorno nuestro y que nuestros problemas son todo lo que importa, podemos caer en una depresión absoluta y no verle belleza a nada cuando en todo lo hay, hasta en el más minúsculo grano de arena de cualquier playa; ¿crees que el mundo es tuyo?, ¿crees que todo esto permanecerá como está, simplemente porque así es y así debe seguir siendo?

Regálame cinco minutos... sólo cinco minutos y escucha el mundo a tu alrededor, te prometo que no te vas a arrepentir de mirar todo con otros ojos por sólo un instante. Respira y ve lo que está allá afuera, abrázalo y vuélvete uno con él.




No hay comentarios:

Publicar un comentario