martes, 16 de septiembre de 2014

Citando: Carlos Monsiváis a propósito del Silencio

Ya había mencionado que no había mejor forma de recomendar un libro que citándolo, así que hoy les traigo una cita que encontré dentro de uno bastante bueno y que trae en sus páginas información de otros muchos textos, así que vendría yo citando una cita de alguien que citó a otro autor; así pues, en miras de las fechas y recordando un poquito aquello de la Marcha del Silencio (realizada el 13 de Septiembre de 1968), que tendría su aniversario hace algunos días, me permitiré usar palabras contenidas en ese libro.

El compendio de textos incluye algunos cuentos y ensayos de autores mexicanos tan conocidos como Monsiváis, Poniatowska, Revueltas y García Ponce, hasta otros no tan conocidos como Jorge Aguilar Mora, Orlando Ortiz, María Luis Mendoza, y más; todos estos textos danzando alrededor de un mismo tema común: El Movimiento del 68.

En las páginas de Entre el Silencio y la Estridencia, encontramos información de quienes vieron surgir, presenciaron y sobrevivieron a uno de los movimientos sociales fundamentales del México de hoy; aunque Ordaz dijera que no, es obvio que hay un antes y un después de Tlatelolco 2 de Octubre, independientemente de lo ocurrido o no en la plaza, de la veracidad o no de las acusaciones, lo cierto es que es un parteaguas en la vida social de México, una cicatriz que dolorosa y sanada o no, permanece.

Así pues, estas líneas del ensayo de Carlos Monsiváis "La manifestación del rector", contenida en Días de guardar publicado en 1970, que hacen referencia al ente mismo del Silencio, estandarte, grito y símbolo de aquella tarde prodigiosa de septiembre, en que camino del Zócalo, cientos de miles ensordecieron al país entero, con la voz infinita y portentosa de sus pasos solamente.


"El silencio existe como una llamada de atención: nuestra marcha es un discurso. El silencio existe como un castigo: denunciamos y liquidamos décadas de verbalismo inepto. El silencio existe como un autocastigo: confesamos las insuficiencias de nuestra relación con el pueblo. Simultaneamente se procede a la creación de un vacío, donde desaparecen las autoridades morales y la educación en el respeto, donde se desvanecen las soluciones al gusto de todos y la paciencia ante la adversidad."*


Y eso es lo que nos ha quedado y que se siente y mina desde dentro al contemplar la Plaza de las Tres Culturas y el Edificio Chihuahua... un silencio de llamada de atención, de castigo y autocastigo.

*pág. 88, Entre el Silencio y la Estridencia, Gutiérrez, Ivonne, 2013, Era, México
Citado aquí sin fines de lucro, meramente informativo. 

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