martes, 11 de noviembre de 2014

Mentadas: Estado Mayor de Ebriedad...

Mucho se ha escandalizado el público en general con lo ocurrido el fin de semana posterior al anuncio de los resultados de la principal línea de investigación sobre el caso Iguala (los días 8 y 9 de noviembre de 2014), lo cierto es que es una reacción bastante obvia desde mi punto de vista... ¿qué harías tú si sale la autoridad a decirte, ya con evidencia pero sin decir nombres, claro, y asegurándote que no hay nada de seguro, que tu hijo, desaparecido hace un mes, fue asesinado, quemado, reducido a trozos y arrojado a un río?


Yo me estaría volviendo loca, así de plano, en frío, yo estaría histérica; nada más de imaginarme que la carne de mi carne fuera asfixiada, sólo de pensar lo que pasó por su cabeza en ese último instante mientras era trasladado en una camioneta, quizá sentado sobre el cadáver de algún pálido compañero, probablemente amoratado de golpes, sangrante, exhausto, pienso en sus ojos desorbitados mirando la selva que se expande a su alrededor, pienso en sus labios temblorosos al sentir frenarse el vehículo, al ser bajado a golpe de palabrotas...

Pienso en su cabeza sacudida por el golpe certero de una bala, imagino su cuerpo inerte siendo acomodado con orden, con cuidado, sobre una pila de maderos, de plásticos, de papeles y me imagino su cuerpo arder... si yo fuera una de esas madres, si fuera mi hijo uno de los 43 yo me volvería loca y también habría salido a las calles... y salgo, porque no quiero que mis sobrinos crezcan en un país donde un grupo armado (estado o no estado) pueda llegar y cargarlo como si nada, llevárselos, desaparecerlos.



Por eso entiendo las manifestaciones y las apoyo, por eso me puse hace unos días ropa blanca y salí a las calles de mi pueblo, por eso cargué una veladora y me uní al silencio que nos viene carcomiendo desde septiembre... un silencio que venimos cargando durante toda la historia de mi hermoso, pobre y desolado México; por eso las manifestaciones las entiendo... lo que no entiendo, es la violencia y la irresponsabilidad. 

Primero la violencia de los infiltrados, sí yo también creo que son infiltrados, me lo dice que se veían claramente azuzados por alguna sustancia, que no parecían estudiantes, que iban encapuchados desde el principio y que, según testigos, fueron directamente a hacer lo que querían hacer: incendiar la puerta de Palacio Nacional; esta gente que por alguna razón decide violentar, poner en entredicho el carácter correcto, honesto, justo de un reclamo social, merece no sólo toda nuestra reprobación, sino una denuncia.


Si sabemos de alguien que, por orden, por convicción, maldad o qué sé yo, hace estas cosas, destruir, violentar, amenazar, herir, debemos denunciarle igual que haríamos con un delincuente cualquiera; ahora bien, no podemos quedarnos sólo con la violencia, no... porque en México las desgracias vienen casi siempre juntas, por paquetes bien dotados y hasta las vergüenzas nos vienen por docena, por aquello de que son más baratas.

Ahora tenemos que sumarle a todo esto lo más divertido del asunto, la llamada antes irresponsabilidad: pues bien, que obviamente el Palacio Nacional no está ahí solito no más plantado sin que nadie le cuide, ¡vamos, por Dios! es Palacio Nacional, así como no se puede dejar al presidente andando solito por el mercado, pues no se puede dejar a este magno edificio ahí parado nada más, obviamente, tiene su sistema de seguridad, hay quien lo cuide; pero vean nada más el siguiente vídeo, que es la mera mera mentada del día de hoy.

Palacio Nacional es resguardado, sí, por el Estado Mayor Presidencial, obviamente... nada más que, pues obviamente, como era fin de semana, pues el jefazo estaba "parece ser" en descanso y cualquiera se toma unas cheves en fin de semana, ¿verdad?


A la otra, a ver si las manifestaciones las van haciendo en fin de semana, porque eso de venirle a interrumpir la peda al jefe de seguridad de Palacio Nacional... pues es muy feo, ¿no creen?

Cuanta desconsideración, por Dios... me cae que la tragedia nacional actual no justifica, eh... no, no, no justifica (?)





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