jueves, 16 de julio de 2015

Citando: Hill a propósito de las coincidencias religiosas

Si no quieres discutir con alguien, no hables de Religión, Política o Futbol

Acertadísimo ese consejo, mi padre solía decirlo siempre y sé que no es de su autoría, en realidad es una recomendación de mucha gente y una norma que debe considerarse para toda reunión; sin embargo, a veces hay que hablar de cosas curiosas que surgen en todos los ámbitos y que se mezclan en cosas que nos gustan mucho. Hace ya algunas semanas que me leí este libro de Joe Hill, más que nada lo leí porque me llamó la atención la película y ella me llevó directo al texto, después de todo hay que leer primero y ver las adaptaciones luego.




Así pues me enfrenté a la novela no con muchas esperanzas de encontrar una joya, pero al final me pareció bastante entretenida y aunque no es de bombo y platillo, sí se merece una buena recomendación, más aún cuando vemos la película que francamente, es pésima con letras mayúsculas que prefiero ahorrarme acá; bueno, no es tan mala, pero sí le queda debiendo en muchos aspectos a la novela, más que nada hacia el final, que no tiene nada que ver con el del libro y que el director de la película se llevó por los suelos.

Pero volviendo al tema que nos atañe, una de las cosas que hay que rescatar mucho de la novela Cuernos, son las distintas comparaciones que hace entre la religión y su lado oscuro, frente a su lado "claro"; cuando hablamos de religión tendemos a pensar que el demonio es siempre malo y que Dios es siempre bueno y hasta los catalogamos de forma bastante arbitraria y tajante. No obstante, no es así y podemos encontrarnos con que los textos religiosos como la Biblia, que es la máxima representación de estos, contiene momentos en que la discusión entre bien y mal es casi absurda, cayendo en lo chusco y simpático.

Así que bien o mal, es muchas veces relativo... y no se diga en cosas realmente banales:

"Estuvo un tiempo leyendo su "Biblia Neil Diamond" a la luz del fuego e hizo una pausa, tironeándose nervioso de la barba, reflexionando sobre la ley del Deuteronomio que prohíbe vestir ropas de fibras combinada. Un pasaje problemático que requería de especial consideración.

-Sólo el demonio quiere que el hombre pueda elegir entre una amplia gama de estilos de vestir ligeros y confortables -murmuró por fin, ensayando una nueva sentencia -. Aunque tal vez no deba haber perdón para el poliéster. Sobre este asunto Dios y Satán coinciden plenamente"



Hill Joe, Cuernos, 2010, Suma, México, p. 276

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