sábado, 7 de noviembre de 2015

Actividades fuera de las letras: Zumba!

Pues que me voy al zumba... sí, así tal cual, me voy al zumba...

Desde el mes de abril de este año, me integré de lunes a viernes a un grupo de yoga, debo decir que es la cosa más genialosa que hay, mi humor se niveló un poquito más, me relajo y se me salen los demonios que tengo dentro; debo reconocer que tenía meses volviéndome loca, la situación en casa no era la mejor y la enfermedad de mi abue estaba haciendo daño en mi personalidad, histérica era poco...

Me uní al yoga, y definitivamente me cambió la vida.

Por ahí del mes de mayo, ya entrada en yoga, una compañera de trabajo me invitó a unirme a su grupo de zumba, ya saben, ¡a bailar!; a mí bailar me gusta bastante, pero siempre he creído que soy algo así como un costal de papas sacudiéndose sin llevar el ritmo. Así que no me animaba del todo, para el día del estudiante 2015 e igual que hicimos en el 2014, las compañeras del Sector Administrativo de mi escuela, nos unimos para hacer un baile en el programa del festejo; combinamos salsa, merengue, mambo y cerramos con un poquito de bachata, el resultado fue un programa en el que, por la flojera acostumbrada, sólo nosotras acabamos bailando. Y bueno, no nos fue tan mal. 


Nuestra coreografía genial fue puesta precisamente por mi compañera que me invitaba al zumba, y pues mientras nos ensayaba, iba dándonos algunos tips.


Al final, me convenció y me pasé por su club de zumba un sábado por la mañana, ni más ni menos que de 9 a 10... fue una cosa muy extenuante pero me encantó y a pesar de que me la he pasado rebotando de lado a lado y sin sentido, tropezándome con todas las señoras a mi alrededor, sufriendo por no caerme, sudando como vilma (vil marrano) y doliéndome unas horas después, la experiencia fue muy emocionante, relajante y divertida; así estuve por un tiempo, yendo cuando descansaba de mi trabajo los sábados, así que constante, no era.

Creo que hacer un ejercicio de ese tipo sólo una vez al mes, pues no tiene los efectos que una espera (yo que quiero ponerme como Madonna en cinco días, pues no más no, ¿verdad); pero hace un mes más o menos, mi amiguita me tomó la palabra y empezó a dar zumba entre semana por la tarde, en un horario que me permite ir a mover el bote a su club, cruzar la ciudad y llegar a tiempo a mi clase de yoga, perdiéndome sólo el calentamiento (que ya no necesito porque llego a la clase calientita y flexible).

Por ahora estoy haciendo las dos cosas, de lunes a viernes una hora de yoga y viernes y sábados una hora de zumba, a veces los sábados un poquito más de la hora, lo que me divierte bastante; no creo estarme poniendo como Inna -ni en dos vidas creo llegar ya a ponerme así- pero me da emoción que mis piernas estén agarrando forma y que, aunque no bajo de peso, por lo menos me siento menos presionada de la columna, que se está sintiendo algo más ligera. 

Así que fuera de mis actividades diarias y de la onda de estar escribiendo acá, también estoy haciendo ejercicio, lo que creo nunca antes había hecho como rutina diaria; mi salud y mi genio están mejorando (y me importa más el segundo, porque estaba teniendo unos días en que parecía que iba a asesinar a alguien o a cortarme el cuello de un tajo a la menor provocación). Mi sugerencia para todos es que hagan ejercicio, ya sea yoga, zumba, pilates, spinning (que intenté y que fracasé), pero hagan algo; lejos de tomar una dieta fuerte, lejos de involucrarse con medicamentos para bajar de peso o multivitamínicos para aumentar la energía, lo que deben hacer es ejercitarse.

Uno se llena de energía y se siente listo para despertar... yo por lo pronto sigo en el yoga y le sigo zumbando... ¡hagan lo mismo!

Y aquí les dejo esta de Inna, que tras diez clases, ya puedo seguir la coreografía sin amenazar con caerme de boca XD (o pisar a mis compañeras de clase).



No hay comentarios:

Publicar un comentario