Esta entrada se publicó en Joven Juglar por allá del mes de febrero de 2013 y apareció, como bien lo dice el título, como un Reportaje Mensual; debo comentar que entonces andaba leyendo a Puzo y se me ocurrió darle algo de seguimiento a ello. El "reportaje" está en la web, al final les pondré el enlace para que lo lean completo y mientras tanto, acá les dejo un trozo para que se piquen:
De Mafia y Crimen, Mario Puzo
Quizá lo que hoy día más nos bombardea en los medios de comunicación es la violencia y en mayor medida lo delictivo, y lo divido así, porque no siempre lo delictivo va acompañado de violencia, aunque hoy día se crea necesaria para todo, incluso para lo que no es crimen; además de estar rodeados de un sinfín de información sobre los acontecimientos violentos que suceden en todas partes, también estamos propensos a recibir numerosos detalles de lo que ocurre en las distintas organizaciones criminales de la actualidad.
Tan en boga se han puesto estos temas, por su recurrencia en los medios de comunicación y en la vida diaria de todos los países, que las series y las películas giran ya en torno a los mejores robos, los crímenes perfectos o demás movimientos de la delincuencia que, decorados de miles de recursos en su mayoría fantásticos, los hace parecer cada vez más aceptables, emocionantes y seductores.
Pero no es algo exclusivo de la televisión, de los noticieros digamos en “línea real”, sino que también abarca la Literatura y de aquí es que podemos hacer un delicioso salto, pese a la temática escabrosa que es el mundo del crimen, hacia un orden de la Literatura por demás explotado y que nos ofrece una panorámica disfrutable del universo del hampa: la Literatura de la Mafia y el Crimen.
Cuando enfrentamos los temas delictivos en las noticias o en nuestro contexto es muy complicado no sentirse amedrentado, mucho más lo es adaptarse a la charla sin tener una cierta postura de temor, no obstante en las novelas, la Mafia se descubre como un tema vasto, lleno de deliciosos bucles que nos llevan a permanecer en ascuas, con el alma en un hilo, apasionados.
Muchos conocemos en primera instancia y de primera mano el clásico del cine “El Padrino” y sus dos continuaciones, adaptaciones cinematográficas de la novela homónima de Mario Puzo, llevada a la pantalla grande de la mano del siempre acertado Francis Ford Coppola e interpretado ni más ni menos que por el gran actor Marlon Brando, que retrató con gran maestría al personaje entrañable, admirable e imponente que fue Don Corleone.
Pese a que estoy hablándoles de una película de principios de los 70’s, sé bien que la mayoría de los que gustan del cine la han visto y que quienes no han tenido la oportunidad, no son ajenos al dato de que es un clásico de clásicos del cine; ahora bien, ¿qué hay con la novela?, si han visto la película y permanecen ignorantes del libro permítanme regañarles, hablamos de una de las obras más completas y reveladoras de lo que ocurre dentro de la Mafia italiana, la forma como se desarrolla y su alcance.
Mario Puzo, autor de la novela que menciono, nació en Nueva York de padres italianos lo que le permitió de algún modo saber por el ambiente familiar y las charlas de los amigos, un poco sobre la “tradicional” Mafia Italiana; aunque en muchas ocasiones Puzo negó estar involucrado o tener contacto de algún modo con miembros del crimen, lo cierto es que aunque fuera de “oídas” sabía poco o menos de lo que es el ambiente del hampa.
Así, de su pluma hábil y laboriosa, surgió la novela más representativa de la Literatura de la Mafia y el Crimen: “El padrino”; la historia se desarrolla en torno a la familia Corleone, de origen italiano y radicados en los Estados Unidos, que tiene como cabeza a un hombre de gran corazón y duro puño a quien llaman el Don o bien, El Padrino: Don Vito Corleone. De la mano de la familia Corleone, Puzo nos lleva poco a poco por las idas y venidas de las llamadas Familias, que rigen el bajo mundo de la Mafia en la gran manzana; cabe señalar que el personaje de Don Vito es por demás contrastante, vemos a un hombre de gran bondad, que sabe manejar a sus allegados, rendirles honor, venerar la amistad y sobre todo, valorar a cada uno de los que lo rodea, independientemente de los negocios para los que los considera siempre, poniendo especial atención a su familia, respetando el honor y el agradecimiento.
Puzo deja entrever en su novela, no sólo el peso indescriptible del valor familiar y de lo atemorizante que puede ser el crimen cuando se forma parte de todo un duro sistema en que la orden general es el respeto, la fidelidad, la confidencialidad y sobre todo, el silencio; sino que también, poco a poco, los hijos del Don nos muestran las distintas posturas que se pueden tomar ante la situación y vemos desarrollado deliciosamente en una narración de apasionante aventura, las consecuencias de ser un criminal, de vivir bajo la ley y sobre todo, de estar propenso a la traición.
Vale la pena decir, como datos curiosos de ésta novela y del autor mismo que el famoso cantante Frank Sinatra insultó a Puzo cuando se lo encontró en un restaurante algunos años después de publicada la novela, esto porque pensaba que uno de los personajes de la historia, Johnny Fontane, un cantante famoso de origen italiano con problemas conyugales, ahijado de Don Corleone, estaba basado en él; así mismo, Mario Puzo siempre dijo que cuando escribía los diálogos del Don, siempre al releerlos y escucharlos, le hacían recordar a su madre y su autoridad.
Además de “El Padrino”...
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