lunes, 29 de febrero de 2016

Citando: Sánchez a propósito de amar


Amistad


Hermandad

Cuando uno tiene un buen amigo, uno de esos que vale muchísimo la pena y que no quiere perder, por ningún motivo, se pone a pensar continuamente en cómo amarrar más la amistad; o al menos eso es cuando la amistad no está amarrada de antemano, porque a veces, se es amigo ya tan arraigado, tan de siempre, que ya no es necesario estar pensando en hacer algo para mejorar la relación, ella simplemente se da.



Hay amistades que las tenemos siempre, como las buenas relaciones de hermanos, que podemos pelearnos, golpearnos, gritarnos y sin embargo, estar siempre ahí; esas son amistades perdurables e irrompibles, como las que existen raras veces entre padres e hijos o madres e hijas, esas que van más allá del nexo sanguíneo y sobrepasan esos límites para correr hacia los de la camadería.

Cuando tiene uno un buen amigo, o una buena amiga, a la que ama como hermana/o, en la que cree, confía y de la que se puede sentir orgulloso, vemos otra de las más maravillosas facetas del amor; el amor no es solamente ese nexo de pareja, ese contacto entre dos personas que se ven como complemento el uno del otro. También existen las almas gemelas acogidas en el cuerpo de amigos, personas que nos complementan, ayudan, corrigen, guían y que sin embargo no tienen una tendencia pasional en nosotros o viceversa, sino que realmente son familia, casi más poderoso que el lazo de sangre.



Un amigo, es más valioso que cualquier cosa, su existencia sobrepasa nuestros límites y alimenta nuestra alma, complementando nuestra forma de pensar, en espíritu y en inteligencia; los buenos amigos deben conservarse con decisión y cuidado... un buen amigo, inspira en nosotros la frase bien usada por la madre del protagonista en ese libro de Carlos Cuauhtémoc Sánchez:

"-José Carlos. Cuando se ama a alguien se está con él, sin estorbar, apoyándolo sin forzarlo, interesándose en su sufrimiento, sin regañarlo."*



Si tienes un gran amigo, cuídalo y valóralo, festejemos al amor, ama a tus amigos y aprovéchalos al máximo, llénales de detalles como harías a una pareja, porque también de ello se alimentan, de estar para apoyarles y de pasar buenos momentos... un amigo es para acompañarle siempre...

Así que ya saben, también en la amistad:

amen

y punto.

Porque si tienen un buen amigo, deben aferrarse a él, mantenerlo y gozarlo, ¡no pierdan a sus mejores amigos!, porque son irreemplazables, si los pierden, los pierden... así que a valorarlos y a consarvarlos.


*Sánchez, Carlos Cuauhtémoc, Los ojos de mi princesa, Ediciones Selectas Diamante, México, 2004, pág. 14

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