Música y Traslado IX

Quizá una de las cosas más difíciles de digerir es el no saber bien a bien qué pasa en una relación, así que cuando nos enfrentamos a un desconocimiento de situación, no sólo es la misma sensación  de ignorar algo, sino la ansiedad que eso produce y agregado: el desconsuelo; a veces no sabemos hacia donde apunta nada, permanecemos en una ignorancia que no tiene explicación y peor aún, en un constante interrogatorio que funciona como bola de nieve.

Cuando se vive con la duda, empiezas a cuestionarte todo, empiezas por cuestionar al otro, al que te provoca la duda y la ansiedad, luego cuestionas lo que piensa, dice o hace; una vez que ha pasado más el tiempo y la duda sigue anidada, no sólo se preguntan esas cosas, sino todas las demás. Una duda lo suficientemente grande, no sólo cuestiona a lo que la rodea, sino que empieza a excavar en lo demás: personalidad, gustos, estabilidad, amabilidad, disposición y luego se regresa y te obliga a cuestionarte a ti, te merma a ti, fractura tus bases barrenando tus cimientos y sin necesidad, empiezas a caer.

Esta canción me hace volverme a eso, me hace recordar esas situaciones y encontrarle similitud con esos momentos de duda que todos tenemos, duda no sólo en la relación de pareja, en el trabajo, en la familia... duda hasta de uno mismo y lo que quiere, lo que anhela y lo que hacer; mas el problema no es que exista la duda, que exista el tambaleo o el desconocimiento, lo peor no es la ignorancia, lo peor es que esta empieza a llevarte a la toma de determinadas decisiones. Muchas veces, decisiones alentadas por el no saber, cuando las decisiones se toman a partir de no conocer razones, argumentos, o el estado de las cosas, seguramente serán malas decisiones.

Malas decisiones tan terribles y demoledoras como la duda misma.

La duda es un cartucho de dinamita... todo está en detonarla o no, no fomentes la duda, intenta siempre ser claro... y de estar en esta situación, a afrontarla de la mejor manera, con calma y con tiento...

Y suerte.