viernes, 14 de abril de 2017

"No, cuelga tú, tú, tú..." (Familia de Diez S01E22 y S01E23)

Wow, ya vamos en el capítulo 22, al fin... ¡al fin!, no es por nada, pero ya estaba viendo esto eterno y creo que festejaré por todo lo alto que finalmente la terminemos, después de todo hay que reseñar otras muchas series; en fin, vamos acá, hablemos del capítulo que hoy nos atañe:

Imagínenlo, ahora la familia se dispone a hacer cuentas de lo que gasta y cómo lo gasta, el asunto es que cuando Plácido descubre todo lo que se gasta en la casa, pues ya sabrán... le da el patatus y eso es poco, ¡se pone histérico!; así que ya sabiendo lo que gasta, pues ahora hay que disponerse a limitar todo lo que no sea indispensable, ya saben, esas cosas que uno no necesita tanto, como la luz, el agua, el gas, la comida, etc.

-No puede ser, la cuenta del teléfono... ¡282 llamadas a celular!
-Yo no tengo la culpa de que el gobierno aprobara eso de "el que llama paga"

Y así, pasamos de que hagan llamadas constantes a Gabriela aunque la tienen ahí en la casa, a las llamadas a Apaseo el Grande, donde radica la mamá de Tecla, a la que claro, se la pasa llamándole don Arnoldo... ¡y qué decir del gas!, que Aldolfo se tiene que bañar por media hora con agua hirviendo; por un lado el capítulo es bastante divertido como todos, pero también está enfocado a generar consciencia de cuidar aquellas cosas que damos por hechas en casa, como el agua potable, el gas o la luz, que aunque podemos pagar por el servicio, no porque paguemos, podemos desperdiciar al por mayor. Así de pronto la familia se encuentra ahorrando en todo lo posible, pero a puntos extremos en que acaban gastando todavía más de lo que gastaban antes de empezar a ahorrar, claro, por culpa de las medicinas que tienen que usar después para curarse de las lesiones de su ahorro.

Cosa genialosa es la historia del alumbramiento de Aldolfo, pero no podemos escucharla acá completa porque asustó a todos cuando tenían las luces apagadas; y claro, el cierre del capítulo es cuando Plácido se gana un auto nuevo, pero no puede reclamar el premio porque en su afán de ahorrar, desconectó el teléfono de la casa, ¿y qué creen?... ¡Lo desconectó para ahorrar!... así que, pues no, no se gana el coche y con eso resuelve que tienen que volver a usar teléfono y demás, por el bien de todos y su salud y sí, por si se ganan algún otro premio.

El capítulo que sigue, el 23 es una pasada y creo que más que nada es muy gráfico, así que lo comentaré brevemente: Martina decide que quiere ayudar al mundo con su conocimiento, dotarlo de su grandeza, para ello, elige a un necesitado al cual darle algo de sí misma, en este caso, la joven sirvienta de la casa, Tecla, quien fue seleccionada entre todos los posibles seres que rodean a Martina para... bueno, para ser entrenada para ser como ella, ¡oh sí!, para volverse una joven cosmopolita y moderna, conocedora de la moda y actualizada... e imaginen el resto.

Así, nos vamos acercando cada vez más a la conclusión de esta comedia familiar, nos queda un solo capítulo, que aparecerá reseñado en la siguiente entrada, espero que les guste, espero que se pasen a comentarlo o por lo menos a verlo, eso les garantizo que los divertirá bastante. Véanlo, se van a divertir. Gracias por leer!!


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