viernes, 5 de mayo de 2017

Mentadas: No me vaya a ensuciar

Pues resulta que en Bacalar, Quintana Roo, es muy importante ir a los establecimientos públicos con los piecitos bien limpiecitos... o al menos eso parece dar a entender esta nota que me encontré el otro día mientras vagaba por ahí; pues sí, el pasado mes de febrero la secretaria particular del presidente municipal del municipio que les comento, le pidió a dos indígenas que llegaron a su oficina a solicitar un apoyo para una medicina, que se quitaran los zapatos, bueno, las sandalias, argumentándoles que podían ensuciar el piso.

Lo peor del asunto no es que les dijera eso, es que nadie dijo nada, nadie intervino ni los defendió, así que ellos obedientemente, como toda persona de escasos recursos y con necesidad hace, acataron la indicación y descalzos permanecieron en el lugar, a la espera de que les recibieran y pudieran darles el apoyo que necesitaban.



Ni el apoyo, ni la recepción; una hora esperaron ahí sentados a que les atendieran y no, simplemente nadie les hizo caso; Rosa y Eddy solicitaban apoyo porque ella padece diabetes y hacía días que había sufrido una lesión por una uña enterrada que por falta de atención acabó por infectarse... pero claro, a nadie le importa, ¿verdad?, sobre todo cuando tenemos en cuenta que primero hay que ver porque el piso no se ensucie.

Estuve buscando a ver qué más podía encontrar sobre el caso, pero no encontré otra cosa, así que las preguntas al respecto que tengo en mente son muchas, como saber si finalmente recibieron el apoyo o así como tuvieron que volverse a su casa pidiendo dinero a sus conocidos de la ciudad, igual hicieron para poderse atender la lesión por la que habían ido a solicitar ayuda; me enteré por la revisa Proceso en su versión en línea de que además de las complicaciones de estar esperando el apoyo, también están los problemas del traslado hasta la oficina, así como del ayuno que tuvieron que pasar, total, un drama de esos que se dan mucho, y se atienden demasiado poco.

Total, otro caso como muchos y quizá como miles antes y miles después, sin solución.

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