jueves, 8 de junio de 2017

The Keepers: La Revelación (E03)

... y no regresó hasta 27 años más tarde.


El tercer capítulo es en verdad sobrecogedor, tenemos a las dos exalumnas que siguen investigando, que buscan todo lo que pueden pero siempre enfocadas en encontrar quién había asesinado a Cathy, su profesora; mas de pronto todo cambia de talante, ahora hay que escuchar una nueva voz, la que acusa a los sacerdotes de aquella hermosa y cálida escuela para señoritas de cometer los peores actos, los más bizarros y enfermos. ¿Quién es Jane Doe?, esa pregunta nos introduce directo a la vida de la principal víctima de estos crímenes, a la única que se atrevió a denunciar, que habló con la verdad y sostuvo su palabra incluso contra la tormenta; pero ella no habló de inmediato, lo hizo porque algo dentro de ella despertó de pronto y le dijo que algo andaba mal.


Había bloqueado todo, no recordaba nada, pero un día se encontró por casualidad con una egresada de Keouh y entendió que por una razón nunca había ido a una reunión de generación, ni tampoco llamaba a sus amigas o disfrutaba recordar esa época... descubrió que no era normal... y que era por una fea razón.

El abuso que cometieron Neil Magnus y Joseph Maskell es verdaderamente innombrable, los actos de intimidación y de abuso sexual que propiciaron, ejercieron y que alargaron, resultan imperdonables; el documental nos muestra cómo la iglesia movió a Maskell de un lado a otro, buscando la forma de mantener controlada la información y con ello, acallado el escándalo. Pero no puede quedar nada oculto para siempre, la verdad jamás se esconde permanentemente, así que cuando todo sale a la luz, las cosas estallan como un globo con agua; los encuentros entre Jane Doe y los miembros de la iglesia que se hacen cargo del asunto, son además desesperantes, increíbles: ¿cómo pueden tratar así a una testigo de algo tan horrible?, ¿cómo es que la iglesia se las ingenia para ocultar y dejar pasar actos innombrables como esos?



Jean Wehner, la verdadera Jane Doe se desmorona frente a la cámara tras narrar una de sus cartas, una de las notas que leyó frente a autoridades eclesiásticas mientras clama justicia; "necesitamos que alguien lo corrobore", el absurdo, encontrar o poner sobre la mesa el nombre de otra víctima, de alguien que pasara por lo mismo. Era un grupo de sacerdotes pidiéndole a esa víctima de abuso sexual que diera el nombre de otra víctima, porque de lo contrario, no había modo de poder detener a su atacante; ¿cuál fue el castigo que le dio la iglesia a Maskell?, bueno, uno terrible: enviarlos a una clínica psiquiátrica en la que le trataron como depresivo, nunca como depredador sexual. Aún menos como violento o psicópata.

En este punto el asunto inicial de la serie, el asesinato de Cathy Cesnik casi se ha perdido, de la monja pocos se acuerda porque ahora o importante es entender qué pasó con Maskell y ¿es el crimen de abuso sexual, la red de violaciones que el sustentaba en ese colegio, lo suficientemente fuerte como para haber necesitado un homicidio para seguir a encubierto?; Wehner no puede acusar a alguien, no puede permitir que una joven, otra mujer como ella sufra lo que está pasando, así que en lugar de poner el nombre de una chica, pone el nombre de otros abusadores, esas otras personas que invitadas por su abusador habían participado en su contra, pero la iglesia va más allá y rechaza esa idea.

La serie retrata no sólo la investigación sino también la lucha constante de una mujer por leer sus recuerdos, por encontrar el hilo negro que sale de la oscuridad de su memoria, y cuanto más tira, cuanto más escarba, más encuentra porquería, más destruye su vida, pero ella decide seguir, decide luchar por la verdad, liberar con ella su alma y quizá la de otros. Así descubre lo que realmente la tiene tan aterrorizada, en compañía de una amiga vuelve a enfrentarse con la fotografía de Cathy, de la monja que desapareció y fue asesinada... y así surge, el recuerdo más fuerte, el más peligroso, pronto se ve a sí misma delante de aquel cadáver putrefacto mientras limpia un rostro muerto y se descubre como una de las piezas clave en saber qué fue lo que realmente le ocurrió a la hermana Cathy... quizá cómo murió, quizá porqué murió.


A estas alturas, la serie es demasiado absorbente y sobrecogedora, uno va viendo minuto a minuto y sabe que cuanto más tiempo se pasa ante la pantalla, más va a indignarse; está la imagen de aquel ciervo que se llena de moscas en el bosque, está la constante repetición de la cara de la hermana Cathy, están las fotografías y vídeos de Jane, donde conforme pasa el tiempo te vas dando cuenta de que está empeorando, de que las cosas le están pesando al punto de que se distingue físicamente, sus imágenes son tristes, son serias, son aterradas. Se pierde la luz de sus ojos paso a paso rumbo a la tumba de aquella monja que intentó ayudarla, aquello deja el corazón apachurrado y la amenaza retumba en los oídos:

Ves lo que pasa cuando cuentas cosas malas de la gente.

Este documental muestra además de la lucha por la justicia también la lucha por la credibilidad, la lucha por buscar que si uno declara un crimen, que si uno dice "a mí me hicieron daño" entonces la gente lo crea; pero la gente no lo cree, la gente se muestra renuente a aceptar las cosas que no puede ver, así como los asuntos que vienen de personas que deberían, tienen que ser inocentes por antonomasia. Mientras se sigue indagando sobre los responsables y se nos muestra cómo se sanjan los asuntos malos de ver ante el público dentro de la iglesia, también tenemos primeros acercamientos a reporteros que cubrieron las notas en aquella época, hablamos de los 90's, ya podía darse cuenta la gente de todo, ya pueden verse los efectos de los actos entre la población general y sin embargo, el encubrimiento sigue.

Hay miedo, hay incertidumbre y hay impotencia. Es este un capítulo algo más ligero que el anterior que es realmente denso por sus declaraciones, perturbador por los echos que se tratan y demoledor por el sentido de injusticia que decora la historia; sorprende saber que es la familia de Jane la que logra la información para poder seguir con el caso y hacerlo público, pronto aparece otra joven afectada, una más que cayó en aquella red presidida por un falso cordero.

Voy a ser franca, como siempre no pretendo contarles todo de la serie, quiero que la vean, vale la pena que la vean y que sepan de qué va; les traigo información casi aislada para que se den una idea, pero lo mejor que pueden hacer es verla, entender porqué está causando tanto revuelo, qué pasó que hace que sea quizá la serie del momento... no diré que va a gustarles todo lo que verán en sentido de que todo es bello y dulce, no... diré que va a gustarles en el sentido que dejará un gran mensaje en ustedes.

Este capítulo se merece un 9.9, es el capítulo relajado que merecíamos después de tanta fuerte verdad... cierra con la forma como el sacerdote pederasta ocultó los expedientes, como acudió a un cementerio a enterrar documentación... pero como dije antes, la verdad no puede ocultarse para siempre. 

Y aquellas cajas con documentos brotaron en arbustos de verdad, mucha verdad.

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