viernes, 22 de diciembre de 2017

Algo huele mal... (The Mist, S01E03)

Empecemos con el capítulo tres de esta serie... hay que decirlo ya desde ahorita: para pasar una tarde sin hacer nada, rascándote la barriga, mirando además la bolsa de papas y acabándotela mientras ves la serie, esta es perfecta, porque nada hay que te quite el aliento o te haga olvidar que tienes algo de chatarra a un lado para alimentarte; por lo que en resumidas cuentas, esta serie te da hasta chance de ir al baño y regresar, así que... ¿ya fuiste?... vamos al capítulo entonces.

En el capítulo anterior dejamos a la gente todavía metida en la iglesia y en el centro comercial, ahora los vemos despertar, así que ya pasó una noche, nuestro grupo principal decide que tiene que dejar la iglesia porque debe llegar al centro comercial, así que de ahí partimos; recordemos que los que estaban encarcelados están ahora esposados y que en el centro comercial todo está tenso por el suicidio aquel de los soldados (cosa fiel al libro original) y que madre e hija no están teniendo el mejor momento de su relación. Entre que si ocurrió la violación, entre que la niebla está rodeando todo y los soldados parecen dispuestos a morir antes que a revelar su secreto, la cosa pretende tensarse y lo logra para el capítulo, aunque la adolescente de protagonista nos aclara desde el principio del cap su opinión: no siente nada.

Visualmente es tan curioso cuando llevan a los muertos en los carritos de supermercado, ante un fondo boscoso que decora el muro de un pasillo... uno no sabe si reír o llorar; entonces empiezan a meternos el asunto de la Primavera Negra, que es para unos la maldición que vino por asesinar a una chica, mientras otros piensan que es en realidad el castigo indio por portarse mal... sí, indio, como en Cementerio de Mascotas. Así mientras nuestro querido adolescente oscuro habla de cómo Dios ama incondicionalmente y engaña al sacerdote diciendo que necesita ayuda y al mismo tiempo se enfrentan el padre de familia y el oficial de policía en una batalla mala, muy mala; un par de bobos sacan los cuerpos de los soldados al estacionamiento, pensando que así verán lo que hay en la niebla y luego tenemos a Nat que sale de la iglesia buscando la muerte, encontrándose con que uno de sus compañeros trata de salvarla ganándose algo peor.

Creo que soy algo vaga con estas reseñas, pero el asunto no es que quiera darles el detalle, sino que sólo les dé mi opinión y logre que la vean; me encanta el sacerdote diciendo que las calamidades son para que podamos creer en Dios, y surge la pregunta del joven que lo oye "¿Y por qué no nos manda cosas buenas?", lo que creo que es una excelente pregunta, recordemos que todos aseguran que cuando a uno le va mal en la vida, es porque Dios se acuerda de uno... Diosito... qué curiosa forma tienes de recordarnos. Voy a ser precisa, hay cosas que me huelen muy mal de esta serie, la madre de familia es tan extremista que irrita, el asunto de tomar el arma para intentar asesinar al chico sólo porque le habla a su hija, comprendo el contexto y en el contexto funciona, pero la misma serie maquilla el asunto de la violación como dudoso, por no decir ya de automático falso; si algo deja ver lo que ocurre en toda la serie, es que realmente el chico no violó a nuestra protagonista y que hubo de intermediario algo extraño... así que ahí tenemos dos tremendas fallas.

Porque o nos pones al violador con todas las evidencias o de plano nos lo dejas como estaba, porque así a medias tintas, más que dejar dudas, haces que los personajes se vuelvan paranoicos y parezcan demasiado exagerados; así que ahí ya tenemos un par de fallas de entrada. El final del capítulo es muy bueno, hay que reconocerlo... bueno, me pareció hasta poético el asunto de los globos rojos para decir que están ahí ocultos, pero bueno, tampoco es como si se avanzara demasiado... así que pasaremos al siguiente capítulo, vamos para allá y hablemos.

¿Me gusta la serie?, pues sí, me entretiene bastante, pero no es mi máximo, así que le daré de nota un 8.7... ya veremos que sigue en el siguiente capítulo y vamos para allá.

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