domingo, 10 de diciembre de 2017

Citando: Stephen King a propósito del talento

Hablemos del talento, ¿qué es? a veces podemos pensar que el talento es algo con lo que naces, que aparece en tu vida al mismo tiempo que aparece la respiración, la vista, así como dar los primeros pasos o aprender a hablar; hay personas no obstante que definen el talento como algo que se construye con el paso del tiempo, la fuerza de los años, la experiencia y la vida, y no están equivocados.


Los que creen que el talento es nato, tanto como los que piensan que es innato, saben que pese a esto hay que cultivarlo, luchar por tenerlo y mantenerlo, muchas veces la lucha más difícil es aceptar el nivel de talento que podemos llegar o no llegar a tener; los talentosos quieren ser los más talentosos, pero el paso más duro en la vida de éstos es aprender a medir su talento y aceptar cuando el talento ha llegado a su límite y sí, vivir con ello.

Lo difícil es vivir con ello. Ya lo dice King sobre el peso de ser el hijo poco talentoso de un padre muy talentoso:


"¿Sabéis que es el talento? Es la maldición de ambicionar. Algo a lo que uno ha de enfrentarse en la adolescencia, y tratar de superarlo. Si tienes dotes de escritor, piensas que Dios te puso en el mundo para borrar el recuerdo de Shakespeare. Y si se te dan bien los pinceles, imaginas -yo lo imaginaba- que Dios te puso en el mundo para borrar el recuerdo de tu padre. 

Resultó que yo no era tan competente como mi padre. Y tal vez dediqué a ese propósito más tiempo del debido."*

Saber si tiene uno talento, también conlleva responsabilidad, la de aceptar qué tan talentoso se es y saber si conviene seguir picando piedra, porque picar demasiada piedra, puede llevarnos más tiempo del necesario... o del debido.


*King, S., La niebla, Documento Digital, pág. 132-133

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